sábado, 16 de enero de 2016

El movimiento-partido de Podemos

Tradicionalmente el término antisistema se ha utilizado para movimientos antiglobalización ó anticapitalistas, y son claramente rupturistas con todo el entramado económico. Sin embargo, el movimiento -denominado antisistema en España- de los partidos surgidos alrededor del 15-M, cuyo herededo se ha proclamado Podemos, utilizando una narrativa emocional contra este sistema, que ha empobrecido objetivamente a amplios sectores de la sociedad, aunque no son rupturistas en el sentido clásico del concepto antisistema.

Ni siquiera me parece que sea un movimiento juvenil, conozco personas que han cambiado su posición ideológica hacia Podemos desde los 18 años a los 65 años. La mayor fractura sociológica se produce entre los ciudadanos de la sociedad analógica y la digital, por ello aparece la barrera alrededor de los 65 años en la captación de votantes de este movimiento-partido. El nuevo movimiento-partido maneja perfectamente las nuevas tecnologías, con lo que ha conseguido inclusive llegar al mundo rural y es claramente rupturista con las élites sociales, culturales y económicas. Esta ruptura comenzó coincidiendo con el inicio de la gran crisis durante el 2010:
  • Los españoles pasan a ser los ciudadanos más capitalistas a los más críticos con el sistema económico, mucho más que en nuestro entorno europeo.
  • Los españoles pasan a ser ciudadanos defensores del bipartidismos a los más críticos con sistemas políticos basados en dos partidos (modelo gestor/interventor).
  • Los españoles pasan a ser ciudanos defensores del proyecto europeo a resquebrajarse el consenso social de las ventajas de pertenecer a la Unión Europea.
En función de como ha tratado la crisis a la persona tenemos un gradiente ideológico de trasvase de voto ó conservación del mismo, encontrando más crítica y cambio conforme mayor ha sido el empobrecimiento ó las dificultades vividas en los últimos cinco años. Hay una narrativa social de frustación y miedo al futuro,  el lugar en el sistema que ven muchos ciudadanos no va a corresponder con la situación anterior ó con el nivel de formación que tienen.

Por ello, esta nueva izquierda, posiblemente compartiendo espectro en sus planteamientos actuales con Izquierda Únida, no se ha anclado en radicalismo, y ha ido migrando desde las Elecciones Europeas en sus posiciones hacia un modelo económico de mercado. De este modo, ha pasado a representar la solicitud de una regeneración institucional y la incorporación de la ejemplaridad en la vida pública más que un anticapitalismo exhacerbado, y aunque se ubique fuera del espectro natural de muchos de sus votantes, la consideran útil para conseguir una catalización que provoque este cambio.

El movimiento 15-M tuvo una componente de repulsa frente los efectos de la crisis económica en las clases medias y altas que han vivido en buenos entornos, incorporando jóvenes con alto nivel formativo. La ágora global une a los afectados por el desempleo ó la desigualdad ó los deshaucios, en grupos sociales que antes se consideraban protegidos, pero que despiertan a una realidad donde se han visto vulnerables, usando sus niveles formativos para amplificar las demandas.

Los efectos positivos de este movimiento de desafección al sistema es que no se ha convertido en apatía lo acaecido, más bien los ciudadanos se han interesado más en la política, llegado al prime time de la televisión. La participación en Podemos inclusive llega a tener una componente lúdica a través de las redes.

Por la forma en que se ha conformado, como conglomerado no homogéneo de grupos alrededor de una marca electoral, surjen ahora las primeras tensiones con el modelo territorial de España. Dentro del principio de cautela, estarán sometidos a un análisis minucioso de cada una de sus posiciones, y tendrán que irse definiendo en muchos puntos en los que no han tenido tiempo de parar... pasaremos de las musas al teatro del Congreso.

¡Gracias, pase lo que pase, por este revulsivo al sistema!

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