domingo, 2 de marzo de 2014

El nuevo plan hidrológico del Ebro, rescatando un viejo plan...

El pasado 28 de Febrero de 2014 volvió a lucirse el Consejo de Ministros aprobando un nuevo Plan Hidrológico para la cuenca del Ebro. Aunque de nuevo tiene poco, recuerda bastante al planteado a principios del siglo XXI por el Ejecutivo de Aznar. Consideran que el caudal que es necesario verter al Mediterráneo son 3200 hectómetros cúbicos, una cantidad similar al viejo plan.

Desde una perspectiva socioeconómica el uso razonable y sostenible de los caudales pasa por la utilización de los mismos dentro de las cuencas donde transcurren, sea en agricultura o en otros usos. De esta forma el balance neto en el aporte a los acuíferos y en la desembocadura del rio, en el hábitat del delta del Ebro, no sufren una alteración considerable (aunque hay una modificación de la trayectoria que sigue el agua hasta el final, la cantidad final no merma apreciablemente ya parte de lo utilizado en el riego dentro de la cuenca regresa a los acuíferos).

Desde una perspectiva política el nuevo plan recuerda mucho, en cuanto caudales mínimos, al viejo proyecto del Partido Popular con el objetivo de concluir que sobraba agua en nuestra cuenca del Ebro, pasando a reglón seguido a conclur que existía un excedente que podía/debía ser trasvasado. Para el trasvase es necesario la utilizanción de recursos energéticos en el bombeo del agua y grandes obras de ingeniería para transportarla hasta el levante español. Desde aquella época la alternativa socialista siempre fue la desalación, la producción del agua en las proximidades donde se consume, tecnología que ha utilizado Israel para convertir el desierto en un vergel.

Desde una perspectiva ecológica tengo serias dudas de que la reserva de la biosfera del delta del Ebro no se vea alterada (afirmación de los actuales responsables). Existe un delicado equilibrio entre agua dulce y salada, una modificación de la cantidad neta de agua dulce vertida, dice el sentido común, modificará el equilibrio destrozando un delicado ecosistema producto de la eterna lucha entre dos fuerzas: el mar meditarraneo salado y el vigoroso río Ebro aportando dulzura.

La Directiva Marco del Agua en la UE promueve un uso sostenible y la protección de este recurso. Desde luego, reabrir la puerta del trasvase con esta definición de caudales mínimos es la peor noticia que he leído durante el fin de semana. Una vez más tendremos que movilizarnos en la lucha por una sociedad en equilibrio con el medio natural, chupar el agua de los acuiferos de los monegros, chupar el agua del habitat del delta, chupar el agua del norte agravará los problemas ecológicos de nuestro territorio. 

Una propuesta política de Plan Hidrológico de este talante, cuando la tecnología nos da alternativas viables, no tiene sentido...


No hay comentarios: