Los principales motores de la
economía en la modernidad son la tecnología, la información y la mano de
obra cualificada. Estos factores obedecen a una dinámica tal que
aumentan más rápidamente conforme la acumulación de población supera una
densidad crítica, de la cual, Teruel está bastante lejos. Por ello, en
estos tiempos de crisis sino queremos retroceder en el avance conseguido
en la sociedad turolense en las últimas décadas, se hacen necesarios
mecanismos re-distributibos poblaciones y de tejido económico. Un
retraso en la aplicación de las políticas adecuadas conllevaría que es
necesario un tiempo mayor para compensar la realidad, ó nos avocaria a
la desaparación en un desierto entre las grandes ciudades próximas,
Valencia y Zaragoza. Por ello, debemos exigir al Gobierno de Aragón que
sigan dinaminazando las inversiones en nuestra provincia.
En las zonas urbanas, con una mayor densidad poblacional, en vez de agotarse las oportunidades de negocio, típicamente aumentan los rendimientos asociados a los procesos económicos debido a los beneficios de la economía de escalas y de aglomeración. Un mercado creciente estimula las oportunidades de negocio, y en consecuencia aumenta la brecha en los niveles de desarrollo con las zonas con escasa densidad poblacional. La única solución pasa por una intervención reguladora de las instituciones públicas si se quiere paliar esta realidad mínimamente.
Los territorios más deprimidos pobacionalmente, como Teruel, han ido perdiendo peso desde hace más de medio siglo, cuando la agricultura dejó paso a la industrialización, peso poblacional y peso en la proporción del PIB nacional con el que contribuye. Si no queremos ver avocado el territorio a un desierto de personas, de industrias y de actividad, es urgente la ejecución de los Fondos de Inversión de Teruel. El año 2012, gracias a la dejación de las instituciones regionales y nacionales, con olvidos significativos en los presupuestos, no se ha invertido ni un sólo euro en nuestra provincia... Clama al cielo que esta situación cambie, ya que la crisis no afecta por igual a todos, y un retroceso en la inversión en esta zona requiere de un mayor número de años para recuperarse que en otras zonas.
En las zonas urbanas, con una mayor densidad poblacional, en vez de agotarse las oportunidades de negocio, típicamente aumentan los rendimientos asociados a los procesos económicos debido a los beneficios de la economía de escalas y de aglomeración. Un mercado creciente estimula las oportunidades de negocio, y en consecuencia aumenta la brecha en los niveles de desarrollo con las zonas con escasa densidad poblacional. La única solución pasa por una intervención reguladora de las instituciones públicas si se quiere paliar esta realidad mínimamente.
Los territorios más deprimidos pobacionalmente, como Teruel, han ido perdiendo peso desde hace más de medio siglo, cuando la agricultura dejó paso a la industrialización, peso poblacional y peso en la proporción del PIB nacional con el que contribuye. Si no queremos ver avocado el territorio a un desierto de personas, de industrias y de actividad, es urgente la ejecución de los Fondos de Inversión de Teruel. El año 2012, gracias a la dejación de las instituciones regionales y nacionales, con olvidos significativos en los presupuestos, no se ha invertido ni un sólo euro en nuestra provincia... Clama al cielo que esta situación cambie, ya que la crisis no afecta por igual a todos, y un retroceso en la inversión en esta zona requiere de un mayor número de años para recuperarse que en otras zonas.
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